Versículo:
Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo. (Salmos 61:2)
Comentario:
Este versículo revela la íntima relación que el salmista desea tener con Dios. Aunque se sienta lejos, él eleva su clamor a Jehová y busca su presencia. Desde lo profundo de su corazón, escucha la amorosa invitación de Dios: «Búscame».
A pesar de la distancia, física o emocional, Dios siempre está llamándonos a él. Él no abandona a los que lo buscan de corazón. Es nuestro amoroso Padre celestial que siempre está inclinado a escucharnos y perdonarnos.
El salmista expresa su profundo anhelo de experimentar la presencia de Dios. Aunque no aclara la razón por la cual se siente lejos, da un primer paso de fe al elevar su oración a Dios. En ese acto simple de adoración y petición, Dios responde diciendo «Búscame». La búsqueda de Dios comienza con un latido del corazón, una chispa de deseo hacia su presencia. Y al buscarlo sinceramente, encontraremos la gracia que nos acerca a él.
Podemos sentirnos a veces alejados del Señor, debido a nuestros errores, o a circunstancias difíciles. Pero al igual que el salmista, al elevar nuestra oración sincera a él, escucharemos la voz de Nuestro Padre, que con Sus brazos abiertos se complacerá en responder a nuestro llamado, dándonos como infalible promesa, que al buscar su rostro, experimentaremos su ternura y su paz.
Oración:
Señor, Te busco desde lo profundo de mi corazón. Abre mis ojos para ver tu amable presencia a mi alrededor. Ayúdame a vivir cerca de ti hoy, sabiendo que de Tu mano dependo, confío en Tu protección y gracia, y se que en Tu sabiduría puedo aprender a glorificarte, adorarte y seguirte en cada paso que dé.