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Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? (Mateo 6:26)

En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma. (Salmos 94:19)

Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. (Lucas 9:62)

Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides. (Deuteronomio 31:8)

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? (Juan 11:25-26)

Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él. (Mateo 14:31)

Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo; E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás. (Salmos 50:14-15)

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. (Jeremías 29:11)

Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. (Marcos 4:39)

El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. (Salmos 91:1)